sábado, 18 de febrero de 2012

Nos estamos olvidando de soñar.

Levantate, ponte de pie y respira. Estás vivo. Tienes una vida estupenda por delante para hacer millones de cosas. Prueba por un día a hacer lo que realmente quieres, no lo que la gente quiere que hagas. De vez en cuando necesitamos pequeñas brisas de aire fresco en nuestras vidas, momentos en los que hacer realmente lo que queremos, sin mirar si esta bien visto o no. Necesitamos un poco de rebeldía, de iniciativa, de saber vivir de diferentes formas.
¿Por qué no vas a vestir como tu quieres? por una simple razon.. Según como vayas no estarás bien visto. Y es que en esta sociedad, si no entras dentro de lo que unos cuantos retraidos consideran "normal" no vas a ser nadie importante.
Y la mayoría de las veces, por muy liberales que nos consideremos, si vemos a alguien que va diferente a lo que estamos acostumbrados a ver la criticamos y nos imaginamos a una persona con una personalidad que no encaja con la nuestra,pero puede que esto no sea así, ya que todo lo que vemos es una fachada que cada uno puede pintar como le de la gana,  pero lo que de verdad merece la pena es conocer a esa persona y darte cuenta que es alguien que merece mucho la pena, da igual si lleva pendientes, tatuajes o la ropa rota.
Por esto y mucho más tendríamos que cambiar. Cambiar la manera de pensar, de actuar, de sentir...
Dejar de ser como el mundo quiere que seamos, y hagamos lo que realmente nos llena.
De pequeño todos soñamos con ser alguien especial en la vida, pero conforme vamos creciendo, ya sea por miedos o porque alguien se encarga de decirnos que no serviremos para nada vamos dejando de soñar. Y si hay algo triste en esta vida es una persona sin sueños. Una persona que si la miras a los ojos la ves vacía, sin ganas de crecer día a día y sin tener sueños que cumplir.
Vamos a ir poniendonos metas en la vida, pero metas que realmente querramos cumplir por una simple razó: porque nos van a hacer felices.
Soñemos, seamos quienes somos realmente, y a ser felices.

domingo, 12 de febrero de 2012

Felicidad.

-¿Eres feliz? –Ella le hace un gesto afirmativo con la cabeza. Luego abre los ojos. Húmedos y arrobados, anegados de minúsculas lágrimas transparentes, brillantes de amor, preciosos. Él la mira.
-¿Qué pasa?
-Tengo miedo.
-¿De qué?
-De no volver a ser nunca tan feliz…